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De la mano de Rizobacter y Syngenta, la soja despega hacia la microbiología

En el marco de una alianza que se fortalece, Syngenta incorporó la tecnología de Rizoderma Soja dentro de su portfolio de productos curasemillas. Probado por más de 10 años en diferentes cultivos extensivos, este fungicida de síntesis biológica –desarrollado por Rizobacter y el INTA– gana terreno en la Argentina y en el mundo.

Rizobacter y Syngenta dieron un paso más en su alianza. Luego de comenzar a distribuir Rizoderma –el fungicida de síntesis biológica desarrollado por Rizobacter y el INTA– en la última campaña de cereales de invierno, ahora Syngenta incorporó la tecnología de Rizoderma Soja dentro de su portfolio de productos curasemillas.

Se trata de un terápico formulado en base al hongo Trichoderma Harzianum, de comprobada eficacia para controlar todas las enfermedades de semilla y de suelo que afectan la germinación y desarrollo inicial en el cultivo de soja. Evaluado por más de una década en cultivos extensivos a través de una red de ensayos junto con asesores zonales, este curasemilla se posiciona en el mercado como una alternativa biológica y eficiente en el control de patógenos.

Debido a su formulación de carácter biológico, el poder de control de la tecnología de Rizoderma se manifiesta en nuevos mecanismos de acción que buscan minimizar los riesgos de resistencia a enfermedades y una mayor persistencia de control.

Al mismo tiempo, resulta una tecnología más sustentable e inocua para el ambiente y usuario final, así como una estrategia para que el productor alcance la máxima seguridad de emergencia y lograr altos rendimientos de sus cultivos.

Si bien será Syngenta Argentina quien dará el primer paso en comercializar este nuevo concepto de protección de semilla, el potencial de expansión y crecimiento es muy superior ya que incluye mercados como el europeo donde la demanda de insumos biológicos es cada vez mayor. Para tomar de referencia, sólo en la Argentina, la tasa de crecimiento de esta tecnología ha sido mayor al 120% año tras año, con una superficie ocupada que supera el millón de hectáreas de trigo durante los últimos tres años.

Actualmente, la tecnología de Rizoderma está registrada para su uso como biofungicida en trigo, soja y arroz. Está en proceso de aprobación para cebada y legumbres de invierno como arveja, lenteja y garbanzo. Es el único producto registrado como fungicida curasemilla biológico en la Argentina.

Respecto de la inserción en el mundo, la tecnología Rizoderma ya se comercializa en Uruguay, Paraguay y Ucrania mientras que está en proceso de registro en Estados Unidos, Brasil, Bolivia, Colombia, Europa, Sudáfrica y Canadá.

Con este nuevo acuerdo, Rizobacter sigue fortaleciendo su trayectoria como pionero en el desarrollo de tecnologías microbiológicas para cultivos extensivos, a partir de la investigación y de la articulación institucional y comercial con firmas de renombre mundial. Así, junto con Syngenta, renuevan su mutua confianza para continuar liderando el mercado de tratamiento de semillas en los principales cultivos.